jueves, 19 de septiembre de 2019

Tras superar el límite de superpoblación, el Gobierno de China decidió asesinar a la totalidad de sus habitantes mayores de 65 años.

Tras superar el límite de superpoblación, el Gobierno de China decidió asesinar a la totalidad de sus habitantes mayores de 65 años

La Organización de las Naciones Unidas catalogó este acto como crimen de lesa humanidad, siendo una de las masacres más violentas en la historia. 




















Septiembre 15 de 2056

Como es bien sabido, durante las  tres últimas décadas, el Gobierno chino enfrentó una crisis poblacional sin precedentes que afectó gravemente su economía y que redujo exponencialmente su productividad como potencia comercial en el mundo. Esta situación a pesar de haber sido prevista años antes de que ocurriera, no tuvo el suficiente control ni la eficiencia para resolverlo. Se trata de la gran cantidad de población mayor de 65 años que se reconocía en etapa de vejez y que ya no era apta para desarrollar ningún trabajo. El dinero que el Estado estaba invirtiendo en las pensiones de las personas de la tercera edad superó su límite y por lo tanto aquello que debía verse representado en productividad, se dio en gasto.  Así pues, como medida desesperada ante la caída de su economía, el 9 de septiembre del 2056, el Gobierno chino tomó la decisión de asesinar a todo ciudadano que superara los 65 años de edad con el fin de reducir sus costos en esta materia e iniciar un plan para recuperar el poder económico que había llegado a tener décadas atrás.

Luego de esta tragedia, distintos organismos internacionales se pronunciaron al respecto, indicando que las acciones del gobierno eran crímenes de lesa humanidad y que las sanciones ante este acto debían ser completamente radicales. También comenzó a buscarse la raíz del problema, ¿por qué China había tenido que llegar a tales instancias? Respondiendo a esta pregunta, muchos analistas políticos sugirieron que esta situación tiene sus primeros antecedentes en las decisiones del gobierno en los setentas del siglo pasado. Con la política de "un solo hijo" que se implementó en 1970 debido a que China para el momento llegaba a tener 1300 millones de habitantes y que se mantuvo hasta el 2015, es decir, por 45 años, todas las parejas chinas estaban obligadas a tener solamente un hijo, aunque estas quisieran más. Esto permitió regular en gran medida la cantidad de nacimientos, lo que a su vez redujo los riesgos de pobreza y hambruna dentro del país. Sin embargo, el tiempo de vigencia de esta medida fue más del necesario, razón por la cual en 2015, la ONU advirtió que para el año 2030, el 17,1 de la población China superaría los 65 años. Teniendo en cuenta el anuncio de esta organización internacional, el Gobierno amplió la posibilidad de tener un hijo a tener dos por familia.

A pesar de que se esperaba que con la eliminación de la política de un hijo se mitigara el problema, se pudo observar durante los siguientes años que la población joven que había crecido bajo esta regla y que ahora era apta para tener hijos, no deseaba hacerlo. Esto, principalmente se debe a que estas personas tenían una mentalidad distinta, más orientada a velar por sí mismos y perseguir horizontes diferentes, relacionados a sus carreras profesionales o al disfrute de su vida mediante actividades como viajes en los que preferían invertir en vez de tener hijos. Además, es necesario resaltar que los altos costos de vida en las ciudades chinas tampoco permitían a quienes quisieran tener hijos, su manutención, Debido a esto, el Estado se vio en la necesidad de tomar medidas y comenzar a promover entre esta nueva generación la importancia de tener hijos, no solo por mantener una tradición familiar, sino por el país.

 Posteriormente, para el año 2022, estos jóvenes comenzaron a recibir incentivos económicos por tener más de dos  hijos bajo la campaña "un hijo te hace pobre, dos te hacen rico". Durante los años siguientes, muchos jóvenes aceptaron tener hijos, pero la población no aumentó lo suficiente como para acabar con el problema. Así pues, el declive de la economía China se hizo más fuerte, hasta el punto en el que se obligó a cada ciudadano tener al menos un hijo. Esto creó un gran desbalance que terminó por empeorar la situación, haciendo que las personas en edad para trabajar fueran menos pues la mayoría de los habitantes oscilaban entre niños y adultos mayores. Como consecuencia, se dio esta gran masacre, que acabó con la vida de al menos el 20% de la población total, es decir 280 millones de personas.

Ahora bien, cabe cuestionarse cómo afectará esto a la historia de China y a sus próximas generaciones. Al ver morir a una generación completa, los jóvenes crecerán sin una imagen propia de lo que les depara en la vejez, la valoración de esta ya no será la misma debido a que no hay un marco de referencia en el que puedan fijarse. Asimismo, se perderán muchas tradiciones y costumbres guardadas por generaciones antiguas. De esta manera, la sociedad tendrá que reconfigurar todo su tejido social, enfrentar el trauma por la pérdida del 20% de la población y exigir al gobierno pagar por la violación de derechos humanos cometida.

Preguntas probabilísticas

1. ¿Qué pasará con la aplicación de los derechos humanos en China después de esta masacre?
2. ¿Cuales serán las sanciones que aplicará la comunidad internacional sobre China?
3. ¿Este hecho acaba con la imagen de soberanía de la República Popular de China?
4. ¿El pueblo tomará acciones en contra del gobierno luego de la masacre?
5. ¿Cómo afectará esto a historia china y a sus próximas generaciones?


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